Según el decreto 127 del 21 de enero de 2010 en su quinto artículo, establece que cada cajetilla de cigarrillos de veinte unidades sufrirá un incremento de $650 pesos durante el 2010, $750 para el 2011, y por cada gramo de picadura el aumento será de $36. Infortunadamente este gravamen es muy bajo para reducir el consumo de tabaco entre la población joven la cual sigue en la posibilidad de comprarlo, siendo así un impuesto que no sirve para controlar el consumo de tabaco entre la población de menores de edad, la cual está protegida por la ley anti tabaco.
Aunque es claro que cada producto dentro del mercado debe recibir su alza anual o dependiendo de la fluctuación de este. Sin embargo, si el motivo es disminuir el consumo de cigarrillos en los menores de edad esto es una medida que en mi opinión no sirve para nada, es claro que hay jóvenes de bajos recursos que eventualmente no tendrán la posibilidad de adquirir un cigarrillo, pero los jóvenes que tienen más recursos lo seguirán comprando, independiente del precio, puesto que muchos de nosotros pasamos por esa etapa, desgraciadamente muchos nos quedamos dentro del consumo del cigarrillo, y sabemos que no importa el precio sino “pasar el momento bueno” con los amigos. La única solución es un control a edades conflictivas (de los 15 a los 18 años) donde la búsqueda de personalidad es crucial en esta etapa y cualquier cambio y ofrecimiento es para toda la vida (aunque también depende de cada individuo), es por eso que se deben crear mecanismos en los hogares, concientización hacia los padres de los problemas que pueden tener sus hijos, campañas de no al tabaco a jóvenes y un control más eficaz departe de las autoridades.
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